Aire nuestro, aire tóxico

Leo “Aire Nuestro” del barbastrense Manuel Vilas. Y, sí, las toxicidades en los párquines está fuera de control. Es más, los cimientos sobre los que se edifican casi todos los hogares en nuestras ciudades son tóxicos. Asentamos nuestras camas, el sofá del salón, el retrete y el tocadiscos sobre acumulaciones desconocidas de gases letales.

Como metáfora de nuestra sociedad, dice mucho. Hasta lo más íntimo de nuestras existencias se mantiene sobre tóxicos. Nuestros actos cotidianos son insanos. Rezumamos insalubridad.

Ahora entiendo mejor ese ¡Salud! de los anarquistas.

Y la primera palabra de nuestro saludo a modo de despedida en La enredadera:

¡Salud, amor y rebeldía!

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