Hace unos meses os contaba una anécdota personal con la UAPO. Hoy os cuento otra tontadica que me pasó anoche con una dotación de la Policía Local.
Eran las once y media de la noche. Salíamos de la radio. Comentábamos, como acostumbramos, algunas cuestiones de La enredadera. La conversación fluía, pero no tanto como en otros ratos. A nuestro alrededor, especialmente por las grandes avenidas, decenas de coches pasaban pitando como locos, con banderas de España ondeando al cierzo, cuerpos por fuera de las ventanillas, gente que saltaba a la calzada, sin camiseta, y se ponía a berrear, vehículos que circulaban a toda pastilla,…
En un semáforo, unos ocho coches rodeaban a uno de la Policía Local de Zaragoza. Todos los vehículos hacían sonar los cláxones con pasión, generando una orquesta desconcertada especialmente molesta, contaminación acústica gratuita y estúpida.
Me acerqué al policía sentado de copiloto y le dije: «Buenas noches, ¿no van a multar a nadie por impedir el derecho al descanso de los trabajadores y vecinas que mañana por la mañana madrugarán para ir a trabajar?». Perplejo, me contestó: «Pero,… ¡¿qué estás diciendo?!». La charradica no dio para más porque el semáforo se puso verde y el compañero policía pegó una arrancada digna de mención y desapareció veloz entre coches de fanáticos del fútbol y los sentimientos patrios.
La vida sigue. Expaña mola mucho. Sálvese quien pueda.