Como ya sabéis, algunas carreteras están colapsadas de camiones. Los vehículos pesados circulan largas distancias. Como sabemos, manzanas para ahí, manzanas para allá, piezas para allí, piezas para allá. En lugar de consumir local y cercano, los productos viajan miles de kilómetros antes de ser consumidos. Y esto provoca un desmesurado gasto de combustible, desperdicio de gasolina, ruidos, infraestructuras construidas para esta sinrazón, accidentes y molestias.
La N-II es una de estas vías saturadas. Y a la altura de las gasolineras «Rausán», un punto negro de las carreteras aragonesas. Este año ya van 4 muertos y decenas de accidentes graves.
A escasos metros de esta carretera «nacional» pasa una autopista. Otra mega carretera que en su día se construyó pese a la oposición de las vecinas y vecinos de Nuez de Ebro y otros pueblos de la ribera baja del Ebro. Hubo expropiaciones forzosas y se prometió que la concesionaria dejaría de pagar peajes en unos años. Mentira. Primero el PP de Aznar y luego el PSOE aseguraron a la empresa sus pingües beneficios y la autopista sigue con peaje.
Pero no es una cuestión económica lo que nos incumbe. O no solo. Hablamos de la movilidad, de cómo queremos desplazarnos y cómo queremos que sean nuestros movimientos. De un lado, siguen los despropósitos de las autoridades de Demarcación de Carreteras, Tráfico y Fomento, imponiendos sus chapuzas. En este caso, ayer mismo, le tocó a Nuez sufrir el cierre de su vía de salida hacia Zaragoza. Una barbaridad en un pueblo en el que casi todo el mundo toma esa casi única dirección. Es ahogar un municipio.
Ahora toca enmendar otro error más «de los de arriba». Anoche las vecinas y vecinos desobedecieron las imposiciones y retiraron los pivotes. Al rato los habían vuelto a colocar. Hoy habrá movilizaciones en la carretera desde las 7 de la tarde. ¡Aviso a navegantes!
Pero, ¿más allá de las protestas qué propuestas hay? A corto plazo, dejar el cruce como estaba, instalar radares que obliguen a reducir la velocidad de los vehículos (causa principal de casi todos los accidentes), liberalizar un tramo de la AP2 para incentivar el paso de los camiones por ahí,…
¿Y una solución global? ¿Por qué no planteamos alternativas hacia una movilidad sostenible? ¿Por qué no reducir la flota de camiones y buscar otros medios de transporte? ¿Por qué no reducir los desplazamientos de cosas de un lado para otro? ¿Por qué no pacificar el tráfico?
La gasolina subirá, sí o sí. ¿Y acabarán imponiendo cánones por circular por carreteras? ¿y por qué no salvamos al tren y a los desplazamientos en cercanías? ¿y nos atrevemos a ir en bici 20 kilómetros hasta Zaragoza? ¿Por qué no apostamos por vías verdes como en tantos otros sitios?
Llegamos tarde. El vagón, como en el tren de los hermanos Marx, ya está medio desguazado. Nos queda poco tiempo para intervenir y tomar las riendas de nuestras propias vidas. Si no las perdemos en un miserable accidente de carretera, claro.