En el barrio de Torrero son muy chungos. Por eso el faraón de Zaragoza nunca quiere ver a sus vecinos.
En Donosti (San Sebastián), el alcalde es de la ETA. Y las demócratas huyen «escopeteadas».
Los pepinos siguen viajando cientos de kilómetros y se ríen de las bocas en las que entran.
El rey sigue campechano, dicharachero y con unas muletas que le hacen cosquillas.
En muchas ciudades de estoquellamanEspaña los concejales electos entran por la puerta de atrás a los Ayuntamientos.
Los que dijeron que no gobernarían con menos de 8 diputados, van a gobernar.
Los que dijeron que no pactarían, pactan.
Todos los concejales investidos juran al Rey y a la Constitución. Por muy «indepes» que sean.
Y algunos, crucifijo mediante.
Dejamos en casa las ideologías para jugar a los naipes. ¡Esto es política!
Eso sí, los indignados de las acampadas ya sobran. Hacen feo y ya vale de bromas. ¡Y son totalitarios!
En Barcelona, paradojas de la vida, defendemos la democracia impidiendo la entrada al Parlament.
Un 5% de los españoles, según Intermón, no tienen qué comer.
¿Somos antisistema o el sistema es antinosotros?
Democracia Real Ya,
¡Anda que no queda!