Una vez más, aportaremos aquí lo que no sale en las empresas de comunicación.
Ayer un montón de gente, miles, salieron de nuevo a la calle (algunas no la han dejado en un mes) para compartir su indignación con la clase política catalana. La propuesta colectiva fue bloquear los accesos al Parlament de manera pacífica. No me consta que nadie promoviera un ataque al Parlament o una agresión a ningún político.
Esta acción colectiva, que te puede gustar más o menos pero considero totalmente legítima, la están utilizando los medios (los que se dicen de ultraderecha y los miran más hacia la izquierdas) para criminalizar al Movimiento 15M. Ya están usando el clásico y resultón método del «divide y vencerás». Por un lado, los antisistemas, violentos y okupas. Por otro, la multitud pacífica e indignada. Esto no hay quien se lo crea. Si has salido a la calle y participado del movimiento, sabrás que hay mucha rabia, ganas de cambiar las cosas, entusiasmo y constancia. Y esto les duele a los poderosos, ya es un mes de autoorganización. Y que los políticos entren por la puerta de atrás de los consistorios, o en helicóptero,…. ¡como que no!
Lo más sencillo es dividir mediante el uso de la violencia. Ayer quisieron mostrar que hubo disturbios organizados. ¿Es cierto eso?
En este vídeo http://www.youtube.com/watch?v=YcmvzRvsf8g&feature=player_embedded#at=12 puedes ver cómo es la misma policía la que incita los altercados. En este caso, se ve perfectamente cómo un grupo organizado de policías secretas, que al ser pescados tienen que ser escoltados, se esconden en sus solapas, pañuelos y bragas, y están en primera línea en los momentos de máxima tensión.
Desde La enredadera de Radio Topo seguimos pensando que el momento es para desarrollar acciones directas no violentas, dar marcha a la inteligencia colectiva y continuar aglutinando fuerzas, poder popular, personas que se sumen a los debates, a las propuestas, a las alternativas.
Es inevitable que, dada la situación de extrema injusticia que sufren algunas personas, la indignación torne en violencia. Nadie puede negar eso. La desesperación conduce a la violencia. Tampoco vamos a negar aquí que habrá quien piense que echar agua a Cayo Lara, empujar a un concejal o escupir a un jurado del 2016 es lo que toca. Yo creo que no. Pero tampoco creo que sea como para rasgarse las vestiduras. Con la que está cayendo, ¡qué menos que un japo, un chorro de agua o una caricia!
En cualquier caso, una vez más, comprobamos cómo el propio sistema, mediante su policía, orquesta (en colaboración con los medios) una película que ellos mismos diseñan: manifestación con altercados, movimiento violento, justicicación de la represión.
Si quieren democracia los demócratas, deberían plantear sugerencias para canalizar toda esta creatividad y ganas de cambiar las cosas y no reprimir vilmente como lo están haciendo.