Como muchas ya sabréis, además de en este blog de La enredadera de Radio Topo, las personas que dinamizamos el programa, nacho y Pati, escribimos también para AraInfo. Quizás algunos de nuestros textos tenéis que encontrarlos allí. Hoy compartimos por aquí una reflexión que surgió a nacho a raíz del visionado del precioso documental Sueños colectivos, que os invitamos a ver y del que charramos en La enredadera con sus directores. Os anunciamos que muy pronto podremos verlo juntas y en pantalla grande en Zaragoza.
Apoyo mutuo, solidaridad, asistencia social, dignidad,… ¿son valores pasados de moda?
“Sueños colectivos” es un documental realizado por dos oscenses, Manuel Gómez y Marco Potyomkin. Un excepcional trabajo de historia que podéis ver gratuita y libremente en el blog de Producciones Potyomkin.
La fugaz experiencia de las colectividades en el estado español y, en especial, en Aragón, es algo poco conocido. Sin ir más lejos, en la publicitada exposición capitaneada por Julián Casanova que pagaron varias instituciones con motivo del centenario de la CNT, apenas sí eran citadas, como tantas otras cuestiones elementales de la práctica libertaria. De las pistolas no se olvidaron. En otros casos, como en la sensacional novela gráfica “El arte de volar” de Kim y el zaragozano Antonio Altarriba, el recuerdo del colectivista anarquista nos llega como una persona perdedora, deprimida,… que se suicida.
En “Sueños colectivos” recordamos otra faceta del anarquista. La alegría. Al que escribe se le saltaban las lágrimas al ver y escuchar a los compañeros anarquistas cuando recuerdan lo que fueron esos días en torno al 36. Martín Arnal, María Sesé, José Oto (fallecido durante el rodaje),… emocionan. Por su entereza, por su dignidad y porque setenta y cinco años después de aquellos días, los cuentan con brillo en los ojos y pasión en la voz. Y es que se trata de eso, de luchas que nos permitan vivir mejor y disfrutar de una maravillosa existencia, de la plenitud de cada instante.
El documental cuenta con preciosas imágenes cedidas por la Confederación Nacional del Trabajo, a quien se han regalado los derechos del documental y se encarga de su distribución. Da gusto ver esos planos de asambleas y ajetreo. En todos ves las sonrisas en la gente, aún en la dura faena del trabajo en el campo, el entusiasmo en las calles, la alegría revolucionaria de compartir lo poco que se tenía, que era todo y además era suficiente para disfrutar de la vida.
También me gusta que los historiadores que aparecen en el documental no olvidan el desastre que supuso la dictadura franquista para el campo español y, también el aragonés. El éxodo a Francia, los asesinatos y, sobre todo, la vuelta a una época feudal donde volvían los velos negros en las mujeres, los curas despiadados y la fe sinrazón, hizo que mucha gente emigrara a las ciudades y el campo quedó yermo. Aún no hemos levantado cabeza desde entonces. Cuando hoy nos ponemos en marcha para revertir las barbaridades que vemos en la agroindustria, las desigualdades e infelicidad en las ciudades, la desvertebración del territorio,… viene muy bien echar la vista atrás y señalar que durante el franquismo se impusieron tantas calamidades,… que aún hoy las sufrimos.
Recuérdalo tú, recuérdalo a otros, que decía Luis Cernuda ¡Y tanto que tenemos que conocer nuestro pasado! La guerra, el fascismo, la religión y el machismo dieron un golpe físico apabullante a los sueños de una vida en libertad, en armonía con la naturaleza y en paz con todos los seres humanos. Los falangistas de ayer son las gaviotas de hoy. En nuestra mano está resistir y darle la vuelta al texto de la historia.
Francisco Carrasquer, poeta que también aparece en el documental, dice algo que me ha llegado muy adentro. Explica que la lucha no es para ser uno libre, sino para hacer libres a los demás. Porque creerte libre es fácil (y también egoísta) pero para ser verdaderamente libre has de alentar la libertad de las demás, para que todas lo seamos. Es una frase muy bonita, que me llena de alegría y me anima a seguir luchando. Te animo a ver “Sueños colectivos”, a ser posible en compañía.
