Frente al golpe de estado del mercado

Me gusta mucho el artículo de opinión de David Fernández en el último número de DIAGONAL. Os animamos a leerlo:

http://www.diagonalperiodico.net/Frente-al-golpe-de-estado-del.html

Me gusta porque es muy claro en su descripción y valoración de la situación actual como para llamarla «golpe de estado del mercado», una curiosa nominación plagada de razones.

Y me gusta, sobre todo, porque las propuestas que lanza son las que lanzamos en La enredadera. ¡¡Un mensaje claro hacia el cambio!! Un cambio que hacemos nosotras. Yo que escribo esto, tú que lo lees y muchas más.

Por si tienes poco tiempo, te pongo por aquí alguna frase y, si te atrae, sigues por el enlace:

«Desde las aportaciones de las diferentes corrientes de las economías críticas –marxista, altermundista, libertaria, feminista, ecologista, solidaria o decrecentista– cabría condensar, a propósito del rol de los movimientos sociales, una primera conclusión citando a Einstein: “Lo más absurdo es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes”. A colación la cita para visualizar el granito de arena que aporta –hoy, ahora y aquí– la economía social, cooperativa y solidaria. Prácticas y dinámicas que fraguan ya una economía postcapitalista, asumiendo, como premisa, que es complicado transformar el sistema si cada día lo legitimamos y reproducimos con infinidad de gestos y prácticas cotidianas. Cotidianidades tan interiorizadas que pasan desapercibidas pero que son la espina dorsal que posibilita que el tinglado aguante: sin nosotros no son nada».

«(…)  llamaba a empezar a desengancharse del capitalismo. Desde la perspectiva de que el aporte más revolucionario y más necesario es abrir puertas, construir salidas y aportar alternativas. Y que lo más urgente, hoy, es pensar en el día después: empezar a construir escenarios sólidos y solidarios y embriones de una democracia económica, equitativa y sostenible. No se trata de salir de la crisis para seguir aferrados al capitalismo, sino empezar a salir del capitalismo que provoca tantas crisis. Y empezando, imprescindible coherencia, por nosotras mismas. Deconstruyendo la lógica mercantilista en sus propias narices. Y en las nuestras también. Ante la lacerante contradicción –bipolaridad, liquidez o patente de corso inmovilista– de soportar cada día que los de abajo paguemos los platos rotos».

«(…)  la lucha en defensa de lo público y la cobertura universal de los derechos básicos a la salud, a la jubilación, a la educación, a la cultura, contenía medidas cautelares y concretas. Con ejemplos reales, plausibles y posibles: apuesta por el cooperativismo, recuperación de empresas, finanzas y seguros éticos, consumo responsable, consumo compartido, freno al endeudamiento familiar, prácticas comunitarias de apoyo mutuo, cultura libre, socialización de los cuidados, etc».

«(…) un llamamiento social para que las estructuras que juzgamos injustas no se sostengan ni en nuestro nombre, ni con nuestro dinero y actitudes. Agregación y multiplicación de gestos cotidianos y solidarios, de prácticas alternativas, que desecan las fuentes cotidianas del capitalismo. Sabotaje diario a los que hacen negocio con nuestras vidas. Es una respuesta más a la crisis. Pero práctica, efectiva, fértil y real, para revertir el golpismo. Y podernos levantar del suelo. Que ya han pasado 30 años».

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