Hace 15 años comencé a implicarme en las luchas populares. Con 20 años, me entraron ganas de acercarme a una realidad que no conocía. Comencé a acudir a las concentraciones en apoyo a los insumisos, a las asambleas de la Red Ciudadana para la Abolición de la Deuda Externa, a charlas informativas de temas como los pantanos y trasvases. Y nació La enredadera. Desde entonces, cada semana, cada día, a cada instante, he tratado de aportar lo mejor de mi mismo para el bien común. En colectivos diversos, en luchas populares y, especialmente, en mi día a día.
Este verano, tras el paso adelante de Pablo Iglesias en Podemos y de Ada Colau en Barcelona, y un análisis personal influido por lecturas variopintas de libros de Traficantes de Sueños, la editorial Virus y conversaciones políticas con mis amigos y familia, me entró “el run run municipalista”. Convoqué a mi grupo de afinidad y comenzamos a conversar de la que podría ser una candidatura popular para rescatar el Ayuntamiento de Zaragoza. En seguida, nos juntamos con otras personas que tenían las mismas esperanzas. Empezamos a crear algo nuevo para nosotros, una apuesta municipalista que hoy se llama Zaragoza en Común, con Pedro Santisteve y Luisa Broto al frente. Con amigas que mañana pueden ser concejalas, como Elena y Teresa, personas corrientes dando pasos firmes hacia una nueva forma de hacer política, que rompe con las dinámicas caducas de burocracias partidistas, llena el proceso de inteligencia colectiva y propone una nueva gobernanza en la que las personas estamos delante de los bancos.
Yo vivo en Nuez de Ebro, no voto en Zaragoza. Y tenía claro que no iba a implicarme a tope en la política urbana. Mis ganas, conocimientos y experiencias iban a ir dirigidas a la gestión de lo común en el Gobierno de Aragón, en el ámbito rural, la vertebración del territorio, en lo aragonés que amo y defiendo. Así, en invierno empecé a implicarme en Podemos. Fui jaleado por amigos y conocidas de los movimientos sociales que me animaron a participar, a presentarme a las primarias, a formar parte de las listas. Y aquí estoy, nº3 de Podemos a Las Cortes de Aragón.
“En el capitalismo, la democracia no existe”. Esta frase la he repetido muchas veces y me la creo. En un sistema corrupto, lleno de injusticias y basado en las desigualdades que perpetuán que unos pocos posean mucho y unas muchas las pasemos “canutas”, manipulan una democracia muy vacía de participación, para que “todo está atado y bien atado”. Soy crítico con lo electoral, porque sé que los cambios no vendrán de los resultados en unas urnas. La transformación social viene de uno mismo, de la conciencia y las ganas de ser mejor persona, cada cual en su ámbito. Y, a partir de ahí, de la enorme capacidad que tenemos para organizarnos en colectivo, vivir en comunidad y crear otras formas de relacionarnos, trabajar, consumir, comunicarnos, vivir.
Al mismo tiempo, me he dado cuenta de que en los colectivo no llegamos. Que mientras yo hacía La enredadera cada domingo, dinamizaba Ecologistas en Acción o hacía crecer las redes de economía solidaria, los de arriba, la casta, los poderosos, seguían y siguen manejando el cotarro a sus anchas. Por eso la necesidad de rescatar las instituciones y ponerlas de la mano de las luchas populares.
“Votar o no votar no es la cuestión”. Me da igual si votas o no votas. Si votas a la Cha o al PSOE en mi pueblo, si eres de Podemos o de la CNT. Me importa más que no pierdas la esperanza, que seas consciente de que estamos en un momento histórico en el que, por primera vez en estos 15 años, mucha gente hemos despertado. Nos falta mucho camino por recorrer en la defensa de unas vidas que merezcan la pena ser vividas en un planeta que está muy machacado por la codicia de unos pocos. Sabemos que estamos a tiempo y podemos recuperar lo que es nuestro, todo. No nos faltan ganas, ni ideas, ni posibilidades reales de gestionar un Ayuntamiento, un Gobierno de Aragón, un espacio recuperado, una cooperativa de trabajadores o una vivienda compartida. ¡Sí se puede!
Yo este 24 de mayo voy a votar. Y te animo a votar a ti también. Sin tapujos. Voy a votar a Podemos. Hace días que lo tengo claro. Porque mientras intento ser mejor persona y tratar bien a las hermosas personas que conviven conmigo, mientras intento ser más coherente en mi forma de funcionar en lo cotidiano, mientras hago mi parte en la construcción de una sociedad más justa y feliz…. el 24 de mayo voy a votar a Podemos para que el PP y el PSOE, el PAR y Ciudadanos, no tengan el apoyo que quieren para seguir perpetuando este sistema equivocado e injusto. Voy a votar a Podemos porque creo que estamos ante una oportunidad histórica para que la gente corriente entremos en las instituciones con otras reglas del juego, basadas en la transparencia y la ética. Porque creo que llevamos un programa político estupendo, con un montón de medidas para el rescate ciudadano y hacia otro modelo económico y social que pone a las personas en el centro y tiene en cuenta la sostenibilidad en un planeta que no da más de si. Voy a votar a Podemos porque creo en Pablo Echenique, en Violeta, en Maru, en Román, en las Martas, en Amparo, en Héctor, en Andoni, en Carlos, en Erika, en María, en Itxaso…. y en mi mismo, gente corriente y trabajadora, que vamos a hacer un papel tremendo en la gestión de lo común.
Desde luego, si viviera en Zaragoza, también votaría Zaragoza en Común.
Y además de votar, seguiré enredando con alegría. Trabajando en red, tendiendo puentes entre personas diversas, luchando contra estigmas absurdos y xenofobias varias. Porque yo quiero vivir en un mundo en el que todas las personas tengamos las mismas oportunidades y derechos, para que recuperemos los pueblos abandonados y las tierras fértiles donde vivir y ser felices, porque quiero defender una educación que asegure que las niñas y niños jueguen y aprendan a ser seres humanos dignos y libres, porque quiero una economía real que satisfaga las necesidades que tenemos en cuidados, apoyo a dependientes, mayores y enfermos, que produzca bienes y servicios que precisamos, quiero un Aragón de ríos, montes, estepas y sierras vivas, con gente digna y valiente viviendo en un territorio maravilloso.
Te quiero, amiga y amigo, con ganas de vivir, alegría y esperanza.
¡Salud, amor y rebeldía!