Revoluciones en Túnez y Egipto. El pueblo se levanta, alza la voz, se organiza.
Y los turistas se van por patas, claro. Y los medios les ponen los micrófonos en la boca. Y dicen lo primero que se les pasa por la cabeza, claro. Muchas tontadas.
Entre tanto, me acuerdo de un texto que escribió Santiago Alba Rico. Y lo releo. En “Turismo: la mirada caníbal” encontramos perlas literarias como:
“La mirada turística, en cualquier caso, no es más que la mirada normal de un hombre que ya no discierne entre una guerra y una olimpiada, que monumentaliza la ocupación de Iraq -asumida y emocionante como el Coliseo de Roma o las ruinas de Palenque- y que con maravillosa ingenuidad se hace fotografiar no sólo ante la mezquita de Suleiman o los restos de Babilonia sino también sobre el cadáver del prisionero al que acaba de torturar hasta la muerte. Este hombre que fotografía fotografías, y que se desplaza con agencias de viaje o con ejércitos, tiene que poder llegar a su destino y encontrar lo que busca. El que va a buscar trabajo, en patera o en furgón de ganado, no. De ése precisamente se ocupan las cámaras fotográficas y las mirillas de los tanques”.
No mira igual un turista que un migrante. No siente igual, no se mueve igual, no se relaciona igual con su entorno. La pluma de Santiago Alba Rico se nos muestra afilada en este texto, como nos acostumbra. Os recomiendo una lectura sosegada y atenta: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=26032