Empezamos con Ferrán, que ha participado en una de las mesas redondas de este sábado 22 de octubre de 2011 en el primer encuentro de Coop57. Ha estado charrando sobre Som Energía, que es un proyecto que en Catalunya ya lleva un recorrido pero que en Aragón conocemos poco. Además, ayer Ferrán estuvo presentando un espacio okupado de aquí, del barrio de Sants, y también podríamos hablar de eso. Pero es que, además, nos acaban de decir que él formó parte y estuvo hasta hace poco en una cooperativa de distribución de productos ecológicos, pionera en el estado español. Y unas cuantas más.
Bueno, Ferrán, para empezar, ¿cómo te enganchas tú con estas cosas?
Yo me enganché por el cooperativismo, lo primero. Yo donde me metí fue en lel hecho de que con la gente que formamos la cooperativa Mond Verd de la que hablabas veníamos del movimiento antinuclear, ecologista y tal. Y nos planteamos que eso de trabajar ocho horas, hacer ocho horas de militancia y quitar también el tiempo para comer y para las amistades era un poco duro. Teníamos que hacer un proyecto en el que pudiéramos trabajar y estar alineados con lo que nos motivaba en ese momento, que era el ecologismo activista, militante, de entrar en las centrales nucleares y todo esto. Y pensamos que si queríamos hacer economía y como además lo teníamos que hacer desde el principio, no podía ser de otra manera que en una estructura de economía social y democrática como es la cooperativa. Y de ahí nos metimos.
Sin embargo, si queríais vivir mejor, ¿por qué os metéis en el “guirigay” de buscar otro empleo y formar una cooperativa, una idea descabellada y difícil? Seguro que a los pocos meses os fuisteis derrotados y a buscar empleos a las colas del INEM, ¿no?
Pues no. A pesar del reto, de la amenaza y de la lógica que nos decía la gente del entorno, no solamente conseguimos poner en marcha la cooperativa, sino que cobramos siempre el retorno cooperativo que es el sueldo. Y con respecto a las amenazas y el “guirigay”, yo pienso que el grado de satisfacción de no tener patrón y el hecho de estar trabajando haciendo lo que te gusta, a pesar de todos los esfuerzos, pedir créditos, mojarte más horas de las que habías previsto, te compensa totalmente. Porque estás haciendo lo que te gusta con la gente que te gusta. Y si, encima, te cae dinero para ir tirando, es un regalo.
Y a día de hoy, ¿sigue esa cooperativa?
Esa cooperativa sigue. Yo estuve con ellos hasta el 2009. Desde el 91. Y lo último que hice con ellos lo pactamos, porque yo tenía ganas de cambiar de aires. Fue el traslado de la sede de una nave que teníamos de 500 metros a una nave de 2.500 en un polígono industrial para poder ampliar la actividad. En el período último han ampliado a otro lugar de trabajo. Nosotros no admitíamos trabajadores, nada más socios. La gente estaba un año de período de prueba y después, o nos casamos o te vas. Esto quiere decir que queríamos tener a gente implicada a saco. Y hará son siete.
¿De qué actividad económica estamos hablando?
Estamos hablando de distribuir productos ecológicos. Cuando empezamos la gente nos dijo que nos íbamos a morir de hambre. Pero empezamos, yo creo, en la buena dirección: la gente que nos dio apoyo fueron las primeras cooperativas de consumo que había en el estado y las primeras tiendas de productos ecológicos. Gente consciente y comprometida. Nosotros trabajábamos comprando de acuerdo con sus pedidos y los entregábamos inmediatamente. Con lo cual, el capital circulante era muy bajo y pudimos ir haciendo espacio en el terreno económico.
Y además, no vendíais a cualquiera.
No. De hecho, ya desde el primer momento entendimos que teníamos que conseguir vender en tiendas de barrio, por decirlo de alguna manera, dar apoyo a lo que es la red de comercio local, pero entendiendo que la prioridad era tener como estructura de seguridad la red de nuestras relaciones privilegiadas, que eran las cooperativas de consumo. Eso nos llevaba a que teníamos un 22-25% de nuestras ventas vinculadas a estos clientes que de alguna manera eran nuestros cómplices, eran nuestros informadores de qué hacía la competencia, era la gente que si estábamos en un apuro nos podía echar una mano y esa era nuestra base. Pero para poder darles un buen servicio éramos conscientes que teníamos que trabajar en el mercado, como quien dice, convencional para generar economía y transferirla a esos descuentos, esos apoyos que les podíamos dar a las asociaciones y cooperativas de consumo. Esa fue una apuesta estratégica y que se sigue manteniendo. No hemos entrado nunca en una gran superficie. Nos ofrecieron hasta asesorar a Eroski para entrar en el producto ecológico y nos negamos. Y hemos sido siempre muy críticos con gente de nuestra competencia que se ha puesto al servicio de los inversores en cualquier terreno, que también los tenemos en el ámbito ecológico.
Nos has contado, Ferrán, que desde 2009 has variado de actividad. Cuéntanos qué estás creando.
Yo normalmente voy con gorra. Suelo ir con una gorra negra. Pero la gente me empieza a conocer porque tengo muchas gorras. Muchas gorras, porque estoy metido en muchos ajos. Según donde esté, me voy cambiando de gorra. De alguna manera, todo el tiempo que estuve en Mond Verd, a parte de estar en Mond Verd, en mis horas libres de militancia (porque no conseguimos que todo estuviera dentro, teníamos cosas fuera), me dediqué a apoyar a nuevas cooperativas jóvenes.
Precisamente te quiero recomendar que ahora cuando acabemos, vayamos a buscar a un compañero que es de la nueva generación de cooperativas que yo he asesorado y que también está aquí, que forma parte del Coop57 y que te puede explicar otra parte del asunto. Se llama Hernán.
Con él seguiremos estas entrevistas encadenadas.
En eso estuve, estaba paralelamente trabajando en Mond Verd y acompañando procesos cooperativos en plan voluntario. Me lo pasaba tan bien (y no es que no me lo pasara bien en Mond Verd) que me dije “ostia, con la edad que tengo (te lo digo, 55, porque si no pueden pensar que me he caído del árbol hace 4 días y no es así, que vengo del 91) tengo ganas de cambiar, voy a pegar un salto”. Y digamos que ahora profesionalmente estoy trabajando en el terreno de acompañar procesos cooperativos. Desde las instituciones, cuando hacen planes subvencionados y de nuevos emprendedores, para que se hagan nuevas cooperativas y tal, hasta cooperativas que tienen una situación problemática o quieren modificar su estructura o cambiar de trayecto, y necesitan un acompañamiento.
Y hoy Ferrán has participado en el primer encuentro de Coop57 presentando un proyecto que en Catalunya se conoce más, llamado Som Energía.
Con estos tengo como una historia de amor, porque fue uno de los primeros proyectos cooperativos que acompañé en esta nueva fase vital de consultor, de asesor. Yo cuando me los encontré eran doce ingenieros a punto de acabar la carrera (alguno ya había acabado) de la Facultad de Gerona, y un profesor de microeconomía. Tenían en la cabeza generar un proyecto que permitiera consumir energía verde. Y los he estado acompañando inicialmente. El proyecto se ha consolidado. En este momento son cooperativa de consumo. Hace escasamente veinte días (a principios de octubre) ya estamos en condiciones de comercializar energía verde. Quiere decir que cualquiera que quiera hacer la transición de estar vinculado a Ener, Cepsa o alguna de las compañías conocidas que consumen energía doméstica en cualquier punto de España, pueden dar el salto, venirse con nosotros y saber que la energía que nosotros comercializamos está certificada como energía verde. Quiere decir que nada más compramos al mercado emisor aquella energía que proviene de instalaciones de energía renovable. Este es el núcleo del proceso, el consumo organizado de energía verde para cambiar la perspectiva del mercado y que vaya aumentando el consumo de energía verde. Pero por otra parte los socios de la cooperativa, además, intervienen en la segunda parte del proceso, que es invertir en energías renovables, creando plantas descentralizadas de producción energética: biomasa, eólica, fotovoltáica, biogas,… en todo el estado.
Queremos que se vayan construyendo pequeñas plantas de producción, que vayan creando una malla de puntos productivos que sustituyan la producción centralizada, que es especulativa y que tiene que transportarse y pierde mucha energía en el transporte. Hacemos una energía más segura, más descentralizada, controlada por los socios de la cooperativa y nuestra intención es que en un futuro las plantas que hayamos podido crear con el capital que soporten los socios sean las que produzcan la misma energía que consuman los socios consumidores. A pesar de que utilicemos la red convencional de transporte. Ese es el horizonte que deseamos y para llegar allí en diciembre empezamos formalmente. Habíamos calculado que seríamos unos 150 socios y ya éramos 300. Calculamos que llegaríamos a 600 después del verano y en este momento, que aún no ha llegado el otoño, ya somos 1.000. Eso quiere decir que ya tenemos 100.000 euros de capital social, un proyecto de fotovoltaica en marcha y la predisposición sondeada entre los socios de que todos están dispuestos a poner como mínimo 1.300 euros en inversiones en las plantas de producción.
Som energía. Seguiremos informándonos a través de interné. Y para rematar, Ferrán, aunque sabemos que podríamos estar charrando horas, te quería preguntar por el primer acto de ayer en la primera Trobada de Coop57 en Barcelona. Tú te encargaste de presentarnos un espacio recuperado en el barrio de Sants. Cuéntanos.
Esto forma parte de lo que te decía de las gorras, que tengo gorras de diferentes tipos. Desde el 2006 soy miembro de la asamblea del Centro Social Autogestionado Can Vies, que es un espacio okupado hace 14 años en el que hay una parte que está destinada a las actividades de tipo social y otra parte que es vivienda. Tenemos ahí dentro diferentes colectivos. Está la redacción de la publicación La Burxa, que es un periódico mensual del que hacemos 5.000 ejemplares gratuitos que se distribuyen en todo el barrio, informando de las movidas sociales y tal; hay grupos de música que ensayan en nuestros locales; está la sala grande, que es una capilla (en la que estuvisteis vosotros) y le decimos “La capilla sixtina” (porque hay unos angelotes pintados por nosotros, uno con una radial y otro con una cizalla, que son las herramientas del movimiento okupa), por ese espacio pasan los movimientos de Barcelona porque lo abrimos para que la gente lo utilice; hay otros ocho o nueve colectivos diferentes del barrio que se reúnen ahí. De alguna manera es un referente para el movimiento okupa de Barcelona porque es de los que llevamos más años y porque le hemos ganado tres denuncias consecutivas en diferentes períodos a la administración. Porque la propiedad es del Ayuntamiento, es de Transportes Metropolitanos de Barcelona. Han intentado tres veces echarnos y con diferentes estrategias y cuestiones legales, y una campaña de apoyo brutal que hemos tenido, no lo podemos negar, tanto de los vecinos del barrio de Sants como de los movimientos sociales de toda Barcelona, no han conseguido quitarnos de ahí.
Y, por último, Ferrán: estamos en un encuentro de Coop57. ¿Cuál es tu vinculación y qué ilusiones depositas en esta cooperativa?
Esto pertenece un poco al período en el que dejé de trabajar en Mond Verd y empecé a hacer acompañamientos. Como ya me conocían la gente de Coop57 me dijeron “ven para acá, que en la Comisión Social hace falta gente y queremos una parte de tus horas”. Y son de esas cosas que no sabes por menos que aceptar. Habíamos sido, como cooperativa, y todavía lo es Mond Verd, socios del Coop57, habíamos recibido crédito, nos habían ayudado en momentos delicados y, a parte, conozco a mucha gente de dentro.
Una vez dentro, que he pasado de socio y usuario a ser parte de las que estamos aquí dale que te pego picando piedra, es una satisfacción total. A parte que a mí, particularmente, lo que me gusta es casar a la gente, se nos da muy bien porque con nuestro trabajo conectamos con cooperativas que tienen una necesidad, como asesor conozco a otro que se la puede dar, conozco gente que puede ofrecerles un local,… y en eso me meto.
Bueno Ferrán, pues enrédame esta entrevista por otra.
Pues ese que te comentaba. Yo creo que tendrías que hablar con Hernán, que es miembro de la cooperativa La Ciutat Invisible que también está aquí en el barrio de Sants y que es uno de los primeros proyectos que acompañé cuando todavía estaba en Mond Verd. Creo que es una idea interesante.
Venga, vamos a por él.
Hasta aquí la entrevista con Ferrán. Os invitamos a ampliar la información en:
Coop57: http://www.coop57.coop/
Som Energia: http://www.somenergia.coop/
Can Vies: http://canvies.barrisants.org/
Cooperativa Mond Verd: http://www.monverd.net/
En unos días, os ofreceremos la siguiente “Alternativa enredada”, a partir de la entrevista a Hernán de La Ciutat Invisible.